Sobre mí y los míos
Somos muchos, somos piña. Asturianos algunos de nacimiento y otros de sangre, aunque no vivamos en Asturias, nuestra tierra nos enamora. Como mínimo cada verano vamos a pasar unos días. Mis hijos adoran Asturias. Adoran sus praos verdes, su olor a mar en la montaña, sus nubes errantes, su sol furtivo. Una casa grande y de suelo sonoro por el crujir de los tablones nos cobija cada año. Allí convivimos 3 hermanas, cuñado y sobrinos. Los abuelos nos visitan a diario si es que no tenemos día de playa. Los niños corren arriba y abajo. Juegan el día entero. El tiempo se detiene. No hay horarios. Dejamos que las horas se alarguen para que los días no se terminen nunca. Son los mejores días del año. Es nuestro paraíso.
Somos muchos, somos piña. Adoramos las fiestas en las que cada uno aporta algo y en la que todos aportan risas. Nos encanta reír. Nos reímos de la vida y la vida se ríe con nosotros. Estamos algo locos, pero nuestra locura es de la buena. El mundo es de los locos, porque tenemos ese punto soñador que nos hace buscar nuevos horizontes allá donde los horizontes parecían terminarse. Somos simpáticos, muy simpáticos.
Así soy yo, la consecuencia de mi familia entera. Una mezcla curiosa de unos y de otros. El resultado de no se cuántos años llenos de momentazos guardados en un rincón recóndito de mi alocada cabecita. Una curiosa incansable, musical, cantarina, bailona, amante del vino y de las risas, de la comida sorprendente, de las cosas bonitas y de las no bonitas a las que también les encuentro la belleza.
Una defensora de las “no casualidades”, porque las casualidades no existen y todo, absolutamente todo en la vida, pasa por algún motivo. De hecho, el que me estés leyendo ahora mismo no es fruto de la casualidad. Piénsalo. Lo sabes.
Y mi lema…LET IT FLOW. Deja que la vida fluya, que las “no casualidades” te guiarán por tu camino.